La noche y un pájaro desplomándose en pleno vuelo son símbolos que Ren Hang usó para nombrarse a sí mismo, fotógrafo chino nacido en 1987 en la ciudad de Changchun. Sus imágenes evocan sueños que podríamos tener en la madrugada: piernas que se enredan con una serpiente, rostros humanos que se completan con el de un pavo real, chicos vestidos con flores y manos que se entrelazan en el cabello de una mujer. El flash lleva luz repentina hacia imágenes de ensueño.
Ren Hang escribe en la contratapa de su último libro, editado por Taschen, que la desnudez es la forma en la que llegamos a este mundo, y ese desnudo es el original de cada uno, la apariencia auténtica. Algo tan sencillo como profundo es eso que se cruza como un hilo por toda su obra, imágenes compuestas por cuerpos desnudos, que se anudan entre sí y se mezclan en la extrañeza de la humanidad, lo salvaje y el deseo erótico.
En China, donde el desnudo está fuertemente prohibido, su obra se consideró p0rn0gráfica, razón por la que jamás pudo exhibirla en su propio país; de hecho fue arrestado más de una vez por fotografiar en la vía pública.
Sin embargo, su obra fue bien recibida en países de Europa, donde realizó exposiciones que resultaron importantes para su difusión y llegó a editar el libro que contiene las imágenes que nadie se había animado a colgar en una pared.
Ren Hang se fue volando de este mundo en el 2017, cayó en pleno vuelo desde un piso 28, mientras los medios hablaban de él, de su obra y del mito en el que se convertiría.
“¿Volarán las aves hasta morir?
Las aves no sólo caen muertas cuando vuelan
se desploman
como una taxidermia suspendida en el aire.” Ren Hang.
Escribió Cairo