Marianne Maric
nació en 1982, al este de Francia, es artista visual y fotógrafa. A través de sus imágenes explora formas del relato no lineal, mezclando realidad y fantasía. Muy propias de una búsqueda surrealista, conviven en una imagen símbolos del territorio político y cuerpos que lo habitan con un carácter escultórico, casi como objetos. Sus retratadas parecen perder su propia humanidad en pos de convertirse en un ornamento que pone en tensión a la imagen, generando atracción y rechazo.

En su obra , realizada en una residencia de seis meses en Sarajevo, la artista intensifica su forma narrativa de construir un reportaje. La imagen de una mujer desnuda pone en tensión el dramatismo de un espacio. Sobre un tanque de guerra o en un antiguo campo minado aparecen cuerpos posando y el erotismo se corre a un costado, para dejar pasar la incomodidad de un símbolo inesperado. En un diálogo con Rodrigo Gomez Rovira en el marco del FIFV*, Maric cuenta que es una frase que se asocia a la prostitución, debido a que, muchas veces, mujeres inmigrantes de europa oriental en Francia realizan trabajo sexual. Esta expresión pone en juego el doble sentido de vivir al este de su país, y en segundo lugar trabajar con las mujeres de los Balcanes y de Sarajevo.

La particularidad de Marianne es que rechaza el límite, lo estira, juega con él. Esconde la cámara en sus calzones y entra al sauna con ella, una acción que por sí misma habla mucho más de su obra, que de las propias imágenes que haya realizado ese día. Le hace frente a las estatuas, se les abalanza, las toca y les pone su entrepierna en la cara para finalmente decirnos que “les statues meurent assiu” (las estatuas también mueren).

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Web Marianne Maric
Escribió Cairo